viernes, 29 de enero de 2016

Soberanía Nacional y Globalización

Soberanía Nacional y Globalización

(Primer Diálogo Nacional por un Proyecto de Nación con Libertad, Justicia y Democracia)

27 y 28 de noviembre de 2004



La globalización neoliberal, al igual que la guerra contra el terrorismo, es el nuevo nombre que el imperialismo capitalista ha utilizado para dominar y someter a los pueblos del mundo y poder apropiarse así de sus recursos naturales, su fuerza de trabajo y sus mercados, profundizando con ello las diferencias que existen entre una minoría muy rica y una inmensa mayoría de pobres, entre los cuales se encuentran los pueblos indígenas, los campesinos, los obreros, los desocupados, los desposeídos, los sin tierra, los sin techo, los excluidos, los diferentes, los otros.

Desde la invasión y la invención de América, los diferentes pueblos originarios de América Latina y el Caribe han sido aniquilados, y en el mejor de los casos, empujados a los lugares más inhóspitos del continente al ser despojados de manera violenta de sus territorios originales, primero por los colonizadores europeos, después por los gobiernos nacionales y actualmente por las grandes transnacionales, como Monsanto, Novartis, Aventis, entre otras, que quieren apropiarse de sus conocimientos tradicionales, así como de la biodiversidad y los recursos naturales que se encuentran en sus territorios.

De esta manera, la globalización imperial constituye un proceso sumamente violento para la mayoría de la población, porque promueve un desarrollo insostenible y despiadado que genera exclusión social, destrucción ambiental y la aniquilación de una gran parte de la humanidad que ha sido considerada como un peligro para el sistema de dominación imperante por ser distinta, por ser diferente, por ser otra, por tener otra cultura, otra religión, otras costumbres, otros valores, otro idioma, por formar parte de otros sistemas, por pertenecer a otros mundos dentro de este mundo.

Lo único que se ha globalizado para la mayoría de la población es la pobreza, el desempleo, el hambre, el desamor y la vulneración de sus derechos individuales y colectivos, acompañada de la represión, el encarcelamiento, el asesinato y la desaparición de los que han intentado cambiar dicha situación.

Frente a la presión, la protesta y el reclamo de los legítimos derechos de los pueblos oprimidos, los gobiernos nacionales han utilizado la fuerza como contestación; han empleando cada vez mas la represión violenta, la criminalización, la paramilitarización, la ocupación militar, la migración forzada; la división, la confrontación y el enfrentamiento armado entre comunidades, para imponer su política excluyente, racista y opresiva.

Para seguir los lineamientos de instituciones internacionales como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), entre otras, los gobiernos nacionales están modificando sus legislaciones para eliminar el derecho colectivo de los pueblos indígenas a la tierra, permitiendo así su privatización. La modificación del artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es una muestra de dicha situación.

Para reforzar la sensación de que no se puede hacer nada en contra del sistema imperialista, los medios de comunicación se han encargado de formar una mentalidad sumisa, de promover el miedo a salir del sistema, así como la falta de confianza en el cambio, la pasividad y la indiferencia respecto a los problemas propios y ajenos, la falta de sensibilidad ante las injusticias y desigualdades, para justificar el orden actual y sus perversidades.

Sin embargo, el sistema de dominación imperante ha sido creado por personas y por personas deberá ser desmantelado. El futuro lo construyen y lo construirán los pueblos, y de ellos dependerá la caída de toda esta estructura asesina que los oprime. 

Las políticas neoliberales sólo podrán ser derrotadas si nos organizamos y unimos nuestras fuerzas en contra de este sistema político, económico y cultural dominante que genera pobreza, ignorancia, dependencia, discriminación, exclusión, enfermedad, contaminación, hambre, desamor, sufrimiento y muerte en beneficio de unos cuantos. 

En la organización y la unión de cada uno de nuestros pueblos reside la posibilidad de generar una alternativa y fortalecerla. La defensa de Nuestra Patria Grande es hoy más necesaria que nunca. Nuestra Segunda y definitiva independencia todavía está en el orden del día.

 
   
¡Por la Unidad y la Soberanía de Nuestra América!


Comité de Enlace Latinoamericano y Caribeño



México, D.F. a 27 de noviembre del 2004



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